La aerografía es una técnica pictórica. Consiste en pintar a mano alzada una superficie mediate el aerógrafo, una herramienta de pequeño tamaño y en ocasiones parecida a un lápiz, operada por aire, que pulveriza la pintura o tinte mediante un proceso de nebulización. De hecho, es el origen de otra técnica, la llamada "pintura a pistola".
Entre sus aplicaciones: ilustraciones, retoque de fotos, murales, acabado de maquetas, maquillajes (por ejemplo en Ben-Hur), tatuajes temporales, bronceado artificial, ropa, manicuras, vehículos, ...